De la medicina sintomatológica a la medicina prospectiva.

Resumen

Imaginar el mañana en los comienzos de la nueva década, era hace unos años casi un atrevimiento lleno de fantasías y elucubraciones propias de una película de ciencia ficción. Pero la medicina es una ciencia que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo de inventar el mejor futuro posible.

Si miramos la evolución de nuestra ciencia y observamos los hechos con anterioridad al siglo XX, veremos que la medicina se había caracterizado por ser sintomatológica. Las en-fermedades se identificaban y se trataban de acuerdo a los síntomas externos y a sus manifestaciones generales.

A partir del siglo XX los descubrimientos referidos a la etiopatogenia, permitieron comprender mejor las diferentes causas de muchas enfermedades, sobre todo las relacionadas con agentes patógenos virales y bacterianos que permitieron con tratamientos más específicos y un mejor conocimiento de la biología celular, resolver los problemas más importantes de la ecuación salud/enfermedad.

En este siglo XXI que se inicia el desafío de una medicina prospectiva se vislumbra en el horizonte al poder aplicar nuevas tecnologías en la comprensión de la biología mole-cular y el desarrollo de las enfermedades. Es así como el conocimiento de las modificaciones del genoma y sus con-secuencias, juegan cada vez más un rol fundamental en el entendimiento, desarrollo y en las terapéuticas de las diver-sas entidades que aquejan al bienestar físico del hombre.
Hoy la medicina se halla enfocada en comprender el origen de las enfermedades a través del genoma y trasladar este conocimiento a la aplicación de los pacientes, convirtiendo a la medicina prospectiva en una medicina PREDICTIVA, PREVENTIVA, PERSONALIZADA y PARTICIPATIVA (MEDICINA de las 4 P).

PREDICTIVA en cuanto a las posibilidades de conocer anticipadamente el DNA individual y sus expresiones proteicas, con el fin de establecer una proyección del estado de salud de cada individuo.

PREVENTIVA creando terapéuticas especificas para prevenir con anticipación lo que ya conocemos a través del estudio genómico y sus posibilidades en el inicio de las enfermedades.

PERSONALIZADA, en cuanto referida al tratamiento individual, producto del conocimiento de las variaciones genéticas unipersonales, completando de esta manera la fase predictiva y preventiva.

Por último PARTICIPATIVA, considerando al paciente como conocedor, a través de la información brindada, de sus po-sibilidades de padecer en el futuro enfermedades y poder actuar en forma activa para mantener su estado de salud permanente.

Estamos entonces en el periodo de generar nuevas estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento más adaptadas al perfil genético y molecular específico de cada individuo y de cada patología.

Como hemos visto entonces el avance de la biotecnología y la genómica y su aplicación más directa en la práctica clínica, es potencialmente muy interesante en la obtención de nuevas evidencias respecto al desarrollo y evolución del concepto salud/enfermedad. Sin embargo este nuevo abordaje, aunque muy prometedor y una realidad en deter-minadas patologías, no está exento de dificultades.

Su desarrollo se enfrenta a obstáculos de diversa índole. No sólo a los puramente científicos, de formación profesional y de comportamiento en los gestores sanitarios, sino tam-bién de los interrogantes y desafíos que la Medicina Indivi-dualizada plantea en el terreno económico, éticolegal y so-cial y su aplicación universal.

Sin negar los importantes avances realizados y los cambios que se avecinan, me permito recordar una frase de Hipócrates.

«Es más importante saber que persona está enferma que cuál enfermedad tiene la persona».