Átomos o Bits.

Jorge Picorel

Resumen


Antes de irme de vacaciones, bajé varios libros electrónicos de la red para llevarme y leer tranquilamente.
Uno de los libros que disfruté, fue, El mundo digital, de Nicholas Negroponte ( no confundir con John Negroponte, zar de la «inteligentzia» del presidente George Bush). Para quienes no lo conocen, Negroponte es uno de los mayores expertos mundiales en multimedia y dirige el Laboratorio de Media del MIT , Instituto Tecnológico de Massachusetts. Tuvo la influencia de Jerome Wiesner, entonces presidente del MIT, Seymour Papert, Muriel Cooper, y de nada menos que Marvin Minsky, precursor de la inteligencia artificial.
Quizás se haya hecho popularmente conocido últimamente, por ofrecer a países en desarrollo, notebooks económicas a 100 dólares de costo. Menciono, casi textualmente,  algunos párrafos sueltos que me impactaron:
 - Tradicionalmente, el comercio mundial ha consistido en el intercambio de átomos -.
 - La transformación de átomos a bits es irrevocable e imparable -.
 - Pero que es un Bit?. Un bit no tiene color, tamaño ni peso y viaja a la velocidad de la luz. Es el elemento más pequeño en el ADN de la información. Es un estado de ser: activo o inactivo, verdadero o falso, arriba o abajo, dentro o fuera, negro o blanco -
 - A medida que nos interconectemos entre nosotros mismos, muchos de los valores del estado-nación cambiarán por los de comunidades electrónicas, ya sean éstas pequeñas o grandes. Nos relacionaremos en comunidades digitales en las que el espacio físico será irrelevante y el tiempo jugará un papel diferente -.
 - En las autopistas de la información circulan, sin peso y a la velocidad de la luz, bits de todo el globo. Hoy día, cuando las industrias se preguntan por su futuro en un mundo digital, deben tener en cuenta que ese futuro lo decidirán, casi al 100 %, las posibilidades que tengan sus productos o servicios de presentarse en forma digital -.
 - Cual será la protección del bit?. La ley de propiedad intelectual es completamente obsoleta. Se trata de un producto Gutenberg. Y puesto que se trata de un proceso reactivo, probablemente desaparecerá antes de que se modifique -.
 - La mayoría de la gente se preocupa de la propiedad intelectual en cuanto se refiere a la facilidad de hacer copias. Sin embargo, en el mundo digital no sólo está en juego la facilidad, sino también el hecho de que la copia digital es tan perfecta como el original, y con algo de sofisticación informática, incluso mejor. De la misma manera que a una columna de bits se le pueden corregir los errores, una copia se puede limpiar, realzar y eliminar su ruido. La copia es perfecta -.
 -Por tanto, la gestión de la propiedad intelectual y la actitud que se toma frente a ella varían de manera drástica según el medio -.
 - Sin embargo, el horizonte a largo plazo de los multimedia no se basa en esa pieza de plástico de 1 peso y de 5 o 50 mil millones de bits, sino que partiremos de la base de sistemas on-line que en la práctica poseen una capacidad ilimitada. Louis Rossetto, el fundador de Wired, se refiere a los CD-ROM como «el Beta de los noventa», en alusión al ya difunto formato de vídeo Betamax. Está en lo cierto al suponer que, a largo plazo, los multimedia serán ante todo un fenómeno online -.
 - Del mismo modo que el hipertexto supera las limitaciones de la página impresa, la era de la postinformación superará las restricciones que impone la ubicación geográfica. La vida digital traerá consigo una dependencia cada vez menor con respecto a estar en un lugar específico y en un momento específico -.
 - El hecho de que se sepa que la publicación TV Guide ha tenido más beneficios que las cuatro grandes cadenas norteamericanas de televisión juntas sugiere que el valor de la información acerca de la información puede ser mayor que el de la propia información -.
 - Con mil canales, si vamos de cadena en cadena y permanecemos sólo tres segundos en cada una, tardaremos casi una hora en hacer el chequeo de todas ellas. Un programa habrá terminado mucho antes de que decidamos si es el más interesante -.
 - Cuando yo quiero ir al cine, en lugar de leer la cartelera, pregunto a mi cuñada. Todos tenemos un equivalente que es experto en películas y que a la vez nos conoce bien. Lo que necesitamos construir es una cuñada digital -.
 
Mientras leía a Negroponte recordaba que tengo más libros en mi notebook que los cientos que se amarillean en las bibliotecas de mi casa. Ni hablar de las incontables horas de música que puedo escuchar en la computadora, mientras las pilas de discos compactos, desordenados, se llenan de tierra en sus cajas.
Miro las estadísticas de la biblioteca de la AMBB: miles de dólares en suscripciones de revistas en papel, que, cuando las dividimos por el número de usuarios, vemos la pobre relación costo beneficio que logramos.
Camino entre las estanterías de revistas, hermosos contenedores de metal con años de juntar conocimiento, que todos los médicos estamos pagando y pocos aprovechando.
No habrá llegado el momento de cambiar átomos por bits? , No deberíamos invertir en computadoras para consultar información?, Tendremos que conseguir una cuñada digital que nos ayude?
Podrá argumentarse que muchos médicos no saben  computación o tengan los conocimientos suficientes para hacer búsquedas en Internet. Contesto que, hemos dado, (y seguiremos dando), cursos de windows, words, Powerpoint y búsquedas de información médica por Internet, quien tiene voluntad, tiene las herramientas disponibles.
Hace unos años, un colega mejicano nos decía, refiriéndose a la globalización y a todos los cambios que se estaban generando, que se le ocurría compararlo con un tren en movimiento. Tenemos entonces tres opciones: podemos subirnos y ver a donde nos lleva. O podemos bajarnos y perdernos el viaje. Pero, lo que seguramente no podemos hacer, es ponernos frente al tren...
 


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bibliotecas digitales; internet

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